En Recuerdo de Federico García Lorca. Manuel Pando.
Manuel Pando, un viejo luchador de Sama veterano de mil combates, continúa en la brecha a sus 85 años. Manolo es historia viva de los tiempos difíciles en los que no solo estaba en juego el puesto de trabajo, sino también la hacienda y hasta la vida. Siendo apenas un niño era testigo del heroísmo de los defensores de El Mazucu al mando de Higinio Carrocera, pariente suyo. Más tarde asumió la parte de la lucha que le correspondía como minero, en el tajo y en la barricada. Hombre recio, de los de antes, de los que no se quejan, arrastra una silicosis que lo mantiene con una mala salud de hierro que no le impide acudir todos los años a la fiesta del trabajo. Cuando tantos dimiten por comodidad, ignorancia o desidia, él aún cree que la presencia de cada uno es necesaria porque ninguna conquista se mantiene sin vigilancia. Además, aún le sobra energía para componer hermosos poemas que nos recuerdan tiempos feroces, como este en memoria de Federico:
Eran las cinco y cuarto
De la tarde.
Se oyen disparos
Fusilan a hombres
Sin haberlos juzgado.
Entre ellos había un joven,
Pocos así nacen.
Tanta sabiduría
Que Dios le ha dado,
Qué poco le ha servido
A ese hombre amado.
Tantas cosas quería
Decir al pueblo
Que se fueron
Con él en su cerebro,
Y no las pudo decir
Porque ha muerto
Tus obras de teatro
Y tus poesías
En el mundo entero
Son conocidas.
Las cosas tan bonitas
Que nos contabas
Eran para los pobres
Una esperanza,
Pero para los ricos
Eran espadas.
Su corazón
Era tan grande
Como un inmenso
Campo de trigo
Que lo segaron verde
Y no amarillo
Granada está de luto
Y toda España llora
La muerte de un poeta...
García Lorca
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