Elena Salgado, la mujer que mandó apagar el puro al Jefe del Estado.
En los aviones no se fuma. Ni siquiera en el Airbus que usa la Casa Real: un A-310 forrado de madera y cuero, lujoso como un coche Aston Martin, pero que cuenta con un sistema antimisiles y telecomunicaciones codificadas, como el Aston Martin de James Bond. Antes de entrar al servicio de su real majestad, el AirBorbón pasó un exigente remozado en la fábrica de Airbus en Toulouse: estilo art decó, madera de olmo y cuero en colores crema y gris. No olvidaron los ceniceros, aunque ya se usan poco. En el avión real ya no fuma ni el rey. Al menos no lo hace si está delante la ministra Elena Salgado
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